La función demarcativa ayuda a los oyentes a interpretar el significado de los enunciados con más facilidad.

Sin información prosódica, no podemos decidir si el enunciado "¿Quieres un caramelo o dos?" pregunta al oyente sobre su deseo de caramelos, o sobre la cantidad de caramelos que quiere.

Con independencia de la prosodia, el enunciado "¿Crees que volverá tarde o temprano?" no puede asociarse en ningún caso a una pregunta sobre si el oyente cree que volverá alguna vez.

Hay constituyentes de la jerarquía prosódica que se pueden identificar por propiedades prosódicas, como la inserción de pausas, mientras que otros no.

En la frase "He pensado que el olor tenía que ser una de las primeras diferencias notables", los segmentos "he pensado" y "que el olor" son grupos clíticos porque sólo tienen un acento primario.

En la frase "He pensado que el olor tenía que ser una de las primeras diferencias notables", el sintagma fonológico [de las primeras diferencias] se puede agrupar con el sintagma fonológico [notables], según el hablante.

Para entender cómo organizamos prosódicamente nuestro discurso, tenemos que reconocer tanto una serie de factores sistemáticos com el carácter de opcionalidad que tiene el fenómeno.

El enunciado fonológico "Para toda una generación, Silvia Munt será siempre la Colometa" admite la aparición de una o más pausas en función de la lengua, como por ejemplo, el énfasis.

El enunciado fonológico "He pensado que el olor tenía que ser una de las primeras diferencias notables" admite varias agrupaciones prosódicas en función de factores de la lengua, como por ejemplo, la velocidad de habla.